En la "Historia de mis libros", Gabriel Celaya nos confiesa cómo "...entre 1927 y 1935 cursé la carrera de ingeniero industrial sin dificultades ni suspensos. Es decir, sin alarma para mi familia. Pero lo que realmente me ocupó y me preocupó durante esos años --y eso sí que debía haber alarmado a los míos-- no fue la ingeniería, que despachaba como un asunto de trámite, sino la pintura, en la que fracasé, pese a mi entusiasmo, por falta de preparación técnica, y la literatura, en la que el autodidactismo produce mejores resultados...".
Así pues, Gabriel Celaya quiso ser pintor. Y, aunque su dedicación fue de unos pocos años, sí nos ha dejado un fondo de dibujos y pinturas que añaden el nombre de Celaya a la lista de poetas, Rafael Alberti o Federico García Lorca por ejemplo, que utilizan tambien las imágenes plásticas para expresarse. Estos dibujos fueron realizados en su mayoría durante su estancia en la Residencia de Estudiantes de Madrid, entre los años 1927 y 1935, y firmados como Rafael Múgica. Producto generado en una época de auténtica efervescencia de ideas, en los dibujos podemos adivinar la influencia de las diferentes corrientes estéticas de la época: desde el cubismo y la indudable presencia de Picasso, hasta el surrealismo o el futurismo. Esta obra gráfica permaneció inédita hasta la exposición coproducida en el año 1997 entre la propia Residencia de Estudiantes y el Koldo Mitxelena Kulturunea, en la que por fin ven la luz pública. La mayor parte de esta obra, más de 300 dibujos y numerosos óleos, forma parte en la actualidad del fondo de la Biblioteca de Gabriel Celaya perteneciente al Koldo Mitxelena Kulturunea, en San Sebastián.
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