Ediciones electrónicas

"Marea de Silencio"

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La brisa pasa como una música por el fondo de la tarde.
Yo soy un árbol de cristal bajo las aguas transparentes,
La mano del misterio que se mueve en el silencio.

Yo soy lo que se ignora:
El estremecimiento de luz que precede a la aparición de las espadas,
Yo soy eso, sólo eso;
Yo esperon lo que esperan
Esos cinco hombres mudos, tristes, sentados en un salón de terciopelo
[morado.

Al atardecer suenan clarines de oro.
Un león de llamas huye por el fondo del bosque;
La virgen de ojos verdes se cubre el rostro con las manos.

Es mi momento, el último momento:
Cuando la luz rompe los cristales nada más tocarlos con la yema de los
[dedos,

Cuando el pájaro vivo encerrado en las blancas clausuras de lo abstracto,
Cuando uno de los hombres del salón morado dice a los otros:
Ya no puede tardar.

Es el último momento.
Me deslizo al filo de un silencio que casi es la muerte.
La virgen de ojos verdes me muestra la más peligrosa de sus sonrisas.

Es el último momento.
Estalla el oro morado del crepúsculo;
Las raíces de la carne me duelen;
Siento como un temblor que me hago transparente.

Es el último momento:
La muerte pasa muy cerca murmurando sus secretos;
Es entonces
Cuando las estatuas son el sueño del silencio
Y los pianos
Huelen como un niño muerto entre los lirios.

Es el último momento,
Cuando da miedo volver la cabeza,
Cuando parece que lo comprendemos todo y sin embargo no sabemos
[nada,

Cuando uno de los hombres del salón morado, quieto ante el balcón,
Mira hacia el espacio con los ojos en blanco.
 
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