A Grabiel
José Luis Cano
GABRIEL CELAYA
(brindis en voz baja)
Porque estamos aquí reunidos
junto a la copa y el mantel,
y bebemos el vino rojo
de la España de hoy y de ayer,
quiero decirte, en dos palabras:
estamos contigo, Gabriel:
con tu poesía y tu quimera,
de un futuro en paz y sin hiel,
con tu poesía y su corriente
furiosa y serena a la vez,
que arrastra al diamante puro,
la piedra eterna, el raudo pez,
la soledad de las arenas,
y el sueño en llamas de Ariel.
Con tu poesía derramada
Con su cólera y con su sed,
sed de verdad y de justicia
para un pueblo y para su sed;
con tu poesía para los hombres,
y para Amparitxu, la fiel,
que su verbo puso serena
junto al tuyo, y que supo ver
que tu ira y tu risa
eran claras y puras como el
pequeño corazón de un niño
que encendiese de luz su piel.
Así tu verso cuando clama
"España en marcha" y pone en pie
a las gentes, que oyen tu grito
como un clamor puro y sin hiel
como el rumor hondo y eterno
de las olas, que ven nacer
cada mañana una luz nueva
en la espuma de su corcel.
así veo, Celaya, tu verso,
así te veo a ti, Gabriel,
nada menos que un gran poeta,
sin retórica y sin arnés,
nada menos que todo un hombre,
como diría don Miguel
de Unamuno, el gigante ibérico
que clamó tambien por su sed.
¡Qué bien tu verso junto al suyo
que encendió de España la piel!
Uno y otro, alas gigantes
de un mismo ibérico corcel.
José Luis Cano
(poema leído en una cena homenaje al poeta, el 8 de febrero de 1969)